Cada loco con su tema. Vos me lastimas y encima pretendés que llore por vos. No estoy tan feliz, pero tampoco tan triste como deseas. Un tropezón no es caída, y ¿sabés qué? aprendí que después de cada tropezón hay algo positivo; de los errores se aprende. Por eso en lugar de llorar para desahogarme, me rio, me miro al espejo y hago una sonrisa, algo que me haga darme cuenta, que a pesar de todas las cosas que pasé, todavía existe eso, que me hace sonreir.